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Flores de Bach en perros y gatos

Frascos de esencia de Flores de Bach

Las flores de Bach hacen referencia al médico inglés Edward Bach que en los años 30 desarrolló la terapia conocida como flores de Bach.

Éste médico estaba convencido que el origen de la mayoría de las enfermedades está causado por estados negativos de la mente como pueden ser el miedo, la preocupación, el odio, los celos o la desesperación.

Según el Dr. Bach, las enfermedades derivan de patrones emocionales y mentales con los que nos vemos a nosotros mismos y el mundo que nos rodea.

El Dr. Bach describía la enfermedad como un conflicto entre el alma y la mente.

Doctor Bach, su obra más conocida es “Cúrese usted mismo.”

Bajo esta premisa, desarrolló una serie de infusiones muy diluidas de esencias obtenidas de plantas silvestres que mejoran el estado emocional de las personas y la desaparición de las enfermedades que causan.

En la actualidad hay veterinarios que recomiendan el uso de las flores de Bach para animales, si bien la mayoría de sus prescriptores son personas que se declaran “terapeutas florales” que no poseen titulo sanitario alguno.

Según la opinión de estos veterinarios, las terapias de flores de Bach mejoran el estado emocional de nuestras mascotas y por tanto ayudan a curar algunas enfermedades, sobre todo alteraciones del comportamiento de perros y gatos.

Se usan en problemas de marcaje y micción inadecuada, fobias a truenos, petardos y fuegos artificiales, problemas de agresividad y ansiedad por separación. Algunos veterinarios naturistas, no todos, son muy entusiastas y están convencidos de que pueden curar cualquier tipo de enfermedad.

Es frecuente recomendar las flores de Bach en perros nerviosos o agresivos.

Aunque el doctor Edward Bach desarrolló nada menos que 38 esencias, cada una para un estado emocional específico, en la actualidad la gran mayoría de los terapeutas florales están de acuerdo en que pueden hacerse combinaciones de hasta 5 esencias que pueden cubrir la mayor parte de las necesidades físicas y emocionales de los animales.

El Doctor Bach obtuvo sus esencias de flores silvestres que encontró en el pueblo donde vivía.

El terapeuta floral debe encontrar la combinación de flores de Bach más apropiada y para ello debe determinar el estado emocional del animal y así recetar el remedio floral que mejor se adapta a sus necesidades.

Por tanto, para utilizar correctamente estas esencias, el prescriptor debe haber investigado y ser conocedor de aspectos muy concretos de la personalidad de nuestra mascota como puede ser su falta de confianza, preocupación, celos, duda, desaliento, odio, orgullo, etc…

Por este motivo los terapeutas florales suelen considerarse especialistas en comportamiento animal, una habilidad que es imprescindible para elegir la fórmula floral correcta.

La dificultad conocer el estado emocional.

La primera duda surge cuando observamos que especialistas de prestigio internacional, consideran que evaluar el estado emocional de un perro o un gato es muy complicado porque a diferencia de las personas, los animales no pueden contarnos como se sienten.

Si algún lector está pensando que no es complicado saber como se siente su mascota, le recomiendo que lea nuestro artículo “mi perro sabe que ha hecho algo mal,” quizás después cambie de opinión.

Tener un diagnóstico psicológico animal tan específico parece totalmente subjetivo y arbitrario, incluso para un verdadero especialista en etología animal (1).

Quizás por esta razón, la mezcla más popular es la conocida como “remedio de rescate” (rescue remedy) que fue ideada para situaciones de urgencia, en los que no hay tiempo para hacer una selección individualizada de las flores.

No puedo evitar pensar que el éxito del “rescue remedy” provenga del hecho de que puede venderse online sin tener que justificar un diganóstico psicológico previo.

Falta de estudios científicos

Y esto nos lleva al segundo gran interrogante sobre las terapias florales que no es otro que la falta absoluta de estudios científicos que sustenten la eficacia de estos remedios.

Cuando hablo de estudios, me refiero a estudios serios, aquellos que se realizan bajo estándares reconocidos por la comunidad científica internacional de forma que permitan determinar que se puede dar credibilidad a sus conclusiones.

En medicina humana, los pocos estudios existentes sobre los beneficios de las flores de Bach, están sesgados por el manejo estadístico de los datos utilizados para sacar sus conclusiones y son incapaces de evidenciar que la terapia con flores de Bach produzcan efectos más allá del efecto placebo como puede comprobarse aquí (en inglés.)

Existe una tendencia generalizada a dejar sin publicar los datos cuando los ensayos dan resultados negativos y levanta sospechas comprobar la escasez de resultados negativos publicados en revistas  especializadas en medicina alternativa.

Apenas hay estudios sobre la aplicación de flores de Bach en veterinaria, pero me ha parecido oportuno mencionar éste artículo de la Doctora Barbara Fougere, una eminencia mundial en medicina alternativa y fundadora del  College of Integrative Veterinary Therapies, donde puede leerse y traduzco literalmente: “a pesar de la falta de un alto nivel de evidencia de que las terapias de Flores de Bach hagan algo más allá del efecto placebo y del hecho de que los animales no pueden decirnos en realidad como se sienten de la forma que lo hacen los humanos, estas terapias todavía encuentran un papel en las clínicas veterinarias de medicina alternativa.”

Desde el punto de vista ético, nada que reprochar a la Doctora Fougere, no se puede decir que intente engañar a nadie.

¿Y cual es el papel que a pesar de todo encuentran estas terapias? En su artículo, además de manifestar su fe inquebrantable, nos argumenta que estas terapias sirven para implicar al propietario mientras se explican técnicas modificativas de la conducta de su mascota, se refiere al efecto placebo del propietario, del que hablo más adelante.

Es evidente que la falta de evidencia científica no desalienta a la doctora, que nos muestra su entusiasmo cuando declara que “según lo que nos reportan los clientes, las flores de Bach pueden hacer efecto de forma sorprendentemente rápida, a veces con un solo uso.”

Que cada cual saque sus propias conclusiones.

El efecto placebo.

Los profesionales de la medicina sabemos que los humanos podemos curarnos gracias a la fe que depositamos en este tipo de terapias, es lo que se conoce como efecto placebo.

La mayoría de personas que mejoran por el efecto placebo actúan como predicadores de las bondades de este tipo de productos.

Conocí un gran psiquiatra en mi época de estudiante que cuando sus pacientes apuntaban la posibilidad de poner en practica algún remedio alternativo, les decía: “si usted cree que atándose una escoba a la espalda se va a curar, no dude en hacerlo, todo lo que ayude a curarle es bienvenido.” Como buen psiquiatra, se tomaba muy en serio el efecto placebo.

Sin embargo en veterinaria tenemos un inconveniente: perros y gatos, no pueden responder a un tratamiento gracias a la fe que puedan depositar en él, por ello es imposible que puedan beneficiarse del efecto placebo.

Seguro que algún lector está pensando que hace poco un vecino le contó que su gato había mejorado mucho con las flores de Bach. No lo dudo, seguramente sea cierto.

De hecho si preguntan a veterinarios, la mayoría confirmará que es frecuente encontrar en consulta propietarios que perciben mejoras en su mascota que sin embargo se contradicen con los resultados de las pruebas que les realizamos.

Esto también está estudiado y se conoce como “efecto placebo del cuidador” que se produce cuando el propietario está totalmente implicado en el tratamiento de su mascota y cree que el animal está respondiendo, hay un interesante estudio al respecto aquí. (en inglés.)

Por otro lado estas terapias se recetan y comercializan junto con técnicas modificativas de la conducta que son las que verdaderamente mejoran la actitud del animal en los casos de problemas de comportamiento.

En otras ocasiones las mejoras se deben a que los síntomas de las enfermedades son cíclicos, alternándose épocas de mejoría con fases en que se agudizan los síntomas.

Los animales nunca podrán beneficiarse del efecto placebo que sentimos los humanos en algunos casos.

Falta de regulación legal.

La tercera gran cuestión en relación con las terapias de flores de Bach es que como su práctica carece de cualquier tipo de regulación legal, nunca se han sometido a las mismas pruebas de eficacia y seguridad a que deben someterse los tratamientos convencionales.

La Organización Mundial de la Salud ha advertido del peligro que supone la falta de regulación en el uso de terapias alternativas en una época, en que a través de internet están creciendo en popularidad.

La mayoría de los terapeutas florales ofrecen las esencias florales de Bach a través de la venta on-line.

La realidad es que a pesar de la falta de datos fiables que confirmen la eficacia de este tipo de productos, su popularidad no para de crecer.

En los países desarrollados mucha gente cree que lo natural es sinónimo de seguro, pero la OMS advierte del incremento mundial de reacciones adversas desde que las terapias alternativas se están popularizando.

Desde un punto de vista ético, como veterinarios, nuestra labor profesional debe apoyarse en lo que se conoce como medicina basada en la evidencia, que significa que sólo debemos poner en práctica lo que a día de hoy se sabe científicamente que es mejor y más seguro para tratar las mascotas que se ponen bajo mi cuidado.

En este artículo he expuesto los motivos por los que considero que no es ético, ni eficaz recomendar los tratamientos con flores de Bach para tratar enfermedades de nuestros perros y gatos.

La última palabra la tiene usted. Sabemos que es complicado derribar las terapias alternativas con argumentos científicos. En cualquier caso, en el apartado de comentarios, puede contarnos sus experiencias con las flores de Bach.


Referencias:

(1) G. Landsberg, W. Hunthausen, L. Ackerman. (2013) Behavior Problems of the Dog and Cat ,3ª Edición, Saunders Elsevier. Capitulo 9, página 146.   [su_note note_color=”#d8f7ef”]Si alguien quisiera formarse en etología y sólo pudiera comprarse un libro, yo le recomendaría éste.[/su_note]

(2) The Campaign for Rational Veterinary Medicine.

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