Mi perro tiene ataques epilepticos.

rostro perro epileptico

Una de las enfermedades que más angustia causan a los propietarios de perros y gatos es la epilepsia.

La epilepsia en perros es una enfermedad muy frecuente que muchos tutores tienen que afrontar.

Índice
  1. Qué es un ataque epiléptico en perros.
  2. Diagnóstico de la epilepsia en perros y gatos
  3. Causas de ataques epilépticos.
  4. Cómo es un ataque epiléptico en perros.
  5. ¿Puede morir un perro de un ataque epiléptico?
  6. Cómo actuar ante un ataque epileptico.
  7. Tratamiento de la epilepsia.

Qué es un ataque epiléptico en perros.

Decimos que un perro tiene epilepsia cuando sufren ataques convulsivos de forma repetitiva.

Un animal puede tener un ataque de forma aislada por diversas causas, pero solo cuando lo ataques se vuelven periódicos lo llamamos epilepsia.

En realidad los ataques convulsivos son el síntoma de una enfermedad existente en el cerebro, al igual que una diarrea es síntoma de una enfermedad en el aparato digestivo.

Diagnóstico de la epilepsia en perros y gatos

En ocasiones es posible determinar qué enfermedad que está causando los ataques.

Lo mismo puede ser un tumor, que una malformación congénita o un derrame cerebral, pero en otras ocasiones es imposible determinar la causa, los veterinarios diagnosticamos estos casos como epilepsia idiopática.

Como ya expliqué en el artículo sobre gatos que no pueden orinar los veterinarios decimos que una enfermedad es idiopática porque no sabemos realmente la causa que la produce.

Los síntomas de la epilesia son producidos por una actividad eléctrica anormal que acontece de forma súbita en el cerebro de nuestro perro peludo.

Imagínate las neuronas de tu perro bailando como si fueran monos borrachos y eso es un ataque epiléptico.

Según que la zona afectada del cerebro sea más o menos amplia (focal o generalizada,) el rango de síntomas varían desde simples tics o ligeros temblores, a una afectación general con contracción muscular espasmódica generalizada y pérdida de consciencia.

Hay que tener en cuenta que la excitación neuronal no tiene nada que ver con el estado anímico de nuestro perro, como por ejemplo el estado de excitación que siente cuando nos recibe en casa.

De hecho, es muy frecuente que los ataques epilépticos en perros vienen cuando el animal está descansando, en reposo o durmiendo.


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Como te decía:

Causas de ataques epilépticos.

Un ataque es una especie de tormenta eléctrica en el cerebro

Existen muchas causas que pueden poner las neuronas de tu perro como un mono borracho: desde tóxicos causando daños directos sobre el cerebro, pasando por algunas enfermedades metabólicas.

La ingestión de algunos insecticidas usados en jardinería y productos antiparasitarios pueden causar fuertes ataques convulsivos como ya expliqué hablando de las intoxicaciones más frecuentes en mascotas de ferrol.

En los casos de convulsiones siempre es importante hacer saber al veterinario si el animal ha podido estar expuesto a algún tipo de tóxico.

El hígado y los riñones son órganos encargados de limpiar la sangre de las impurezas resultantes del metabolismo. Existen enfermedades que afectan a estos órganos, resultando un alto nivel de impurezas en sangre, que a su paso por el cerebro, alteran las neuronas y causan los ataques.

Siempre es aconsejable hacer unas analíticas a los animales epilépticos para poder descartar la presencia de alguna de estas enfermedades.

Alteraciones en la composición normal de la sangre pueden acabar afectando al cerebro. Las concentraciones de electrolitos como el sodio o el potasio son muy importantes para mantener el umbral de excitación de las neuronas en niveles normales.

Perrro en pleno ataque epiléptico

Otros minerales como el calcio también son importantes, cuando faltan pueden causar síntomas nerviosos como ocurre frecuentemente a las perras en lactación.

En otras ocasiones el problema está localizado en el propio cerebro: traumatismos craneales, derrames y tumores pueden causar la alteración de las neuronas.

Como ya hemos dicho, es frecuente que no lleguemos a saber la causa de los ataques, denominando a este tipo de epilepsias idiopáticas.

La mayor parte de las epilepsias idiopáticas se producen en perros entre el año y los tres años de edad.

Cuando empiezan antes del primer año de vida es más probable que tengan un origen congénito mientras que si aparecen por primera vez en perros senior hay más probabilidades de que se deban a tumores o derrames cerebrales.

Cómo es un ataque epiléptico en perros.

Los ataques llegan de forma inesperada, normalmente impredecible y generalmente duran entre un medio minuto y un minuto y medio, que se hacen eternos.

La forma de los ataques depende de que la extensión de cerebro afectada, se distinguen las convulsiones generalizadas cuando se afecta todo el cerebro y las epilepsias focales cuando afecta a una concreta zona cerebral, en este caso los síntomas varian según cual sea la función de la zona cerebral afectada.

Podemos distinguir 3 fases en el desarrollo de un ataque:

  • Fase inicial de aura o prodromos: muchas veces serás capaz de predecir que tu perro está a punto de sufrir un ataque porque un tiempo antes que puede ser de minutos a horas, notarás que tu mascota tiene un comportamiento anormal, pudiendo estar intranquilo, nervioso, buscando tu atención, ladra sin motivo o incluso puede tener micción expontanea.
  • Ataque propiamente dicho o ictus: es el ataque propiamente dicho, el animal frecuentemente se cae y manifiesta las típicas contracciones musculares, descontrol con movimiento involuntario de las patas como de pedaleo, remo o estiramiento.
    Es posible que vocalicen como de gemidos, son sonidos involuntarios que no deben interpretarse como dolor. Es frecuente que produzcan abundante saliva y descontrol de esfínteres. Aunque mantienen los ojos abiertos, pierden la consciencia.
  • Fase final: al acabar el ataque pueden permanecer un buen rato sin moverse o hacendo movimientos repetitivos como soñando, se sienten confundidos, desorientados, inquietos y no responden adecuadamente a nuestros estímulos.
    Otras veces se ponen a caminar desorientados, a trompicones, tropezando con el mobiliario de casa.
    Lo mejor en esta fase es dejar al perro tranquilo ya que puede llevarle hasta horas recuperar su estado normal.

En el siguiente video puede verse una crisis epiléptica generalizada, seguida de la fase final de post-ictus.

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Cuando la afectación es localizada el comportamiento es más variable, si está afectada la parte del cerebro encargada del movimiento, nuestra mascota moverá incontroladamente la zona del cuerpo que controla la parte del cerebro afectada.

Con frecuencia se observan movimientos espasmódicos de mejillas y párpados, normalmente solo de un lado de la cara. Otras veces son las patas las que empiezan a temblar y contraerse y es frecuente también que presenten movimientos repetitivos como si estuvieran rascándose.

En estos casos los perros permanecen intranquilos pero no llegan a perder la conciencia.

En este otro vídeo se puede ver un caniche sufriendo una crisis epiléptica focal, sin pérdida de consciencia:

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En ocasiones los ataques empiezan siendo focales y acaban generalizándose. También puede ocurrir que se sucedan varios ataques seguidos. En estos casos, cuando todavía no se han recuperado completamente del primer ataque, sucede un segundo y así sucesivamente.

En este enlace puedes ver más vídeos con ejemplos de ataques epilépticos.

En caso de ataques sucesivos debemos llevar con urgencia el perro al veterinario, así como cuando la fase de ictus se prolonga durante más de 5 mínutos.

¿Puede morir un perro de un ataque epiléptico?

Por poder puede, pero no es nada frecuente.

Un ataque epiléptico es un proceso muy espectacular, asusta observarlo, pero es muy improbable que tu perro muera durante un ataque epiléptcio.

A lo largo de toda mi carrera como veterinario jamás he visto morir un perro durante un ataque epiléptico.

Sin embargo, un problema sobrevenido es cuando el perro entra en "estatus epilepticus". Son ataques continuados que se prolongan en el tiempo.

Si observas que tu perro empieza repetir los ataque epilépticos en intervalos de tiempo cada vez más cortos. En este caso el desenlace puede ser fatal. Lo mejor es que acudas pronto al veterinario.

Cómo actuar ante un ataque epileptico.

  • Permanecer tranquilos, ante todo mucha calma. Aunque es muy angustioso, lo cierto es que es muy poco probable que el perro se muera en medio del ataque.
  • Apagar las luces, intentar oscurecer la habitación.
  • Evitar que pueda golpearse con objetos ubicados a su alrededor.
  • Si tienes otros perros o gatos, aléjalos del animal afectado. En ocasiones los compañeros reaccionan atacando ante su extraño comportamiento.
  • Ten a mano una toalla vieja: es muy probable que durante el ataque se haga pis, si le colocas adecuadamente la toalla evitarás que se manche él y el suelo.
  • ¡No intentes abrir la boca del perro.! Al contrario que humanos, ellos no suelen morderse la lengua y tu puedes llevarte un mordisco involuntario de tu mascota.
  • Grabar en vídeo el ataque, nos servirá a los veterinarios para saber el tipo de ataque y posibles zonas del cerebro afectadas.

Tratamiento de la epilepsia.

Cuando un perro o un gato tiene ataques epilépticos, el primer objetivo ha de ser tratar la enfermedad que los produce, es la mejor manera de acabar con el problema.

Por desgracia, esto no es siempre posible y como hemos comentado, en numerosas ocasiones ni siquiera llegamos a determinar la causa de los ataques, en estos casos el objetivo es tratar de controlar los ataques.

Los gatos también sufren ataques epilepticos
Los gatos también presentan epilepsia. Su tratamiento difiere en algunos aspectos del perro.

Tratamientos comúnmente utilizados como el fenobarbital o el bromuro, no curan la epilepsia, simplemente la controlan, reduciendo la intensidad y frecuencia de los ataques.

Si eres propietario de un perro o un gato epiléptico tienes que hacerte a la idea de que no hay un único remedio válido para todos los animales.

Aunque la mayoría se controlan, en muchas ocasiones son necesarios cambios de tratamiento, variar las dosis e incluso hacer combinaciones de tratamientos, antes de llegar a un buen control de los ataques epilépticos.

Aproximadamente en uno de cada tres perros epilépticos presenta dificultades para controlar los ataques.

Incluso es posible que tu veterinario quiera mantener el tratamiento y la dosis actual, a pesar de que tu mascota ha vuelto a tener algún ataque, ten en cuenta que algunos medicamentos tardan tiempo en hacer el efecto apropiado.

A veces es necesario comprobar si varía la frecuencia de ataques bajo un tratamiento antes de juzgar si está haciendo efecto o no.

Perro en pleno ataque epileptico

En definitiva, ten paciencia porque el problema no es simple ni fácil. Normalmente es necesario hacer analíticas para saber si estamos alcanzando un nivel adecuado del fármaco en la sangre antes de tomar la decisión de cambiar de tratamiento o variar la dosis.

Es importante ir anotando las fechas de los ataques así como los días que se cambia de medicación o de dosis.

Lo cierto es que los tratamientos para el control de la epilepsia tienen efectos secundarios por eso hay que sopesar la conveniencia de iniciarlos o por el contrario dejar que nuestra querida mascota tenga de vez en cuando algún que otro ataque.

Situaciones en las que se recomienda iniciar el tratamiento:

  • Cuando tiene uno o más ataques en un periodo de dos meses.
  • Cuando los sucesivos ataques van aumentando en intensidad y dejan debilitado al animal.
  • Cuando tiene varios ataques seguidos sin que llegue a recuperarse en el tiempo entre ataques.

La mayoría de perros y gatos epilépticos pueden tener una vida normal si son tratados adecuadamente. Hay que ser constante con el tratamiento, no lo retires sin consultar con el veterinario y no desesperes si tu mascota tiene alguna recaída.

Por último: encontrarás abundantes ofertas de dietas y remedios milagrosos contra la epilepsia.
Los dueños de mascotas que no responden bien a los tratamientos convencionales, son carne de cañon para los que venden de este tipo de productos.

Mi consejo es que desconfíes de productos “naturales” y remedios milagrosos que aportan soluciones fáciles a problemas complejos.

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